Caminamos Sur América: El norte argentino

viernes, 3 de agosto de 2012

El norte argentino


Y llegamos a Argentina. Estábamos muy contentos, hacía un día hermoso pero bien frio. En La Quiaca, el pueblo fronteriso tomamos un bus hacia nuestro primer destino: Humahuaca. El pasaje del bus lo habíamos comprado en Villazón, en pesos bolivianos, pero en La Quiaca está más barato. En el terminal, Euse pudo cambiar dólares a un mejor precio que la tasa oficial, esto porque en Argentina está limitada la compra de dólares, lo que produce una gran demanda por los dólares que los turistas traen. Nos montamos en un bus super moderno, bien equipado y casi nuevo. El norte argentino es reconocido por sus paisajes, y nosotros lo comprobamos. El trayecto hasta Humahuaca es hermoso, toda la pampa argentina, kilometros de montañas y valles amarillos, verdes y terracotas. Llegamos un domingo como a medio día. Luego de preguntar en un par de hospedajes, encontramos un hostalito pequeño pero bien cómodo y no tan caro. Pagamos 35 pesos argentinos por cada cama, en un cuarto compartido. Tomamos un baño y salimos a conocer.

Humahuaca el domingo es bien concurrido. Gente por todas partes recorriendo sus callesitas, locales de venta de artesanías y su mercado artesanal. Paseamos por la plaza central, subimos las escaleras del paseo artesanal y visitamos el monumento a los héroes de la independencia. Almorzamos en un restaurante, empanadas de queso y quinua, de plato fuerte un guiso de quinua y de postre un panqueque de dulce de leche. El clima fue super agradable, el sol calentó todo el día y nos olvidamos por un momento que estamos en invierno. La quebrada de Humahuaca es patrimonio cultural de la humanidad y el trayecto va desde Tilcara hasta Humahuaca. Reconoce el cerro de los 7 colores y su gente que aún hoy conservan creencias religiosas, fiestas, arte y música que son elementos adicionales a la belleza de sus montañas.




Al otro día, a las 11 de la mañana, tomamos un bus hacia Jujuy. Por el camino y desde el bus tomamos unas fotos hermosísimas de todo el valle, montañas de arena de varios colores, el río grande en el medio y pequeños pueblitos a lado y lado de la carretera. Dos horas duró el viaje. En Jujuy a la salida del terminal encontramos un centro de información turística que nos recomendó un hospedaje al lado y económico, justo lo que necesitábamos. Se llama hospedaje Castañeda y por una habitación privada pagas 60 pesos. Luego de instalarnos, salimos con la maleta en mano para que después de conocer el centro de ciudad, fueramos a los baños termales que quedan a 20 kilometros de la ciudad. Jujuy es una ciudad muy bonita, un rio que atraviesa el centro, parques y calles peatonales. Cuando llegamos al centro, veíamos con cierta sorpresa que todos los comercios estaban cerrados. Me acerqué a una policía y le pregunté si por casualidad era día feriado, que porqué todo estaba cerrado. Ella con una sonrisa me dijo que no, que era la hora de la siesta, que dura 4 horas y que va desde la 1 de la tarde hasta las 5 pm. Que luego de las 5, todo vuelve a abrir hasta las 10pm. Esas son las siestas con las que Felo y yo siempre soñamos, y justo están en Argentina. Entonces, caminamos un rato por las calles peatonales, hasta llegar a un centro comercial muy cerca de la Plaza Belgrano en donde nos comimos un rica pizza y descansamos un poco. La Plaza Belgrano tiene ferias artesanales donde los locales ofrecen todo tipo de dulces, ropa y artesanías. Además está rodeada por la Catedral, el cabildo y la casa de gobierno. Ahí estuvimos paseando un rato, y luego caminamos a la parada del bus que nos llevaría a las termas de reyes.



Tomamos el bus que demoró unos 40 minutos en dejarnos en una de las paradas de termas de reyes. La señora de la oficina de turismo nos dijo que fueramos a la ultima parada del bus, que ahí estaban las termas más baratas. Y allá fuimos a parar, luego de haber ido primero a otras termas y en donde nos cobraban 20 pesos a cada uno por sólo 1 hora de aguas. A la última llegamos super emocionados, porque como ya les conté ahora somos fans de las aguas calientes. Pagamos 10 pesos cada uno, compramos una cerveza y listos para meternos al agua. Yo sí veía que la gente adentro de la piscina como que se movía resto, y digamos que eso no es muy normal en las aguas termales. Fui a tocar el agua, y para sorpresa mía, el agua estaba helada. Aunque había un chorro de agua caliente que daba el agua a las piscinas, no lograba calentarla. Total, ya habíamos pagado y pues tocaba aprovechar. El lugar es muy bonito porque está en medio de dos montañas, y según lo que nos contaron el agua baja hirviendo por la montaña. Pero justo ese día, tenían un problema con la presión del agua y yo no sé que más cosas. Como lo único caliente era el chorro, apenas se fue una señora de ahí, yo me plante y no lo abandoné hasta que decidimos salirnos. Pasamos como 1 hora y media metidos en la piscina, conocimos a una pareja de argentinos que van muy seguido a las termas, él trabaja en la gendarmería (policía) de la frontera y cuando supo que éramos colombianos, nos contó que estaban persiguiendo a una banda de narcotraficantes que opera entre Bolivia y Argentina. Como mucha gente nos comenzó a preguntar acerca de la droga y Colombia, de la guerrilla, etc. Nosotros como nos da pereza hablar del tema, optamos más bien por preguntarles posibles destinos en argentina y sus recomendaciones para nuestro viaje. Finalizada la charla, nos salimos, nos vestimos y fuimos a tomar el bus de vuelta. Esa noche dormimos como bebes luego del baño frio-caliente.




Al otro día, a medio día, tomamos un bus o un cole como le dicen acá, hacia Salta. Hacía frio, y el cielo estaba bien nublado. Nos bajamos del bus y justo ahí, vi un señor con un letrero de un hostal. Luego de las preguntas frecuentes, el señor nos llevó a tomar un taxi cortesía del hostal que nos dejaría en su puerta. Hostal 7 duendes, sede de la calle Urquiza. Súper súper bonito. Casi nuevo, baños espectaculares, camas buenas, cocina libre, desayuno y lo mejor de todo con calefacción en el cuarto. Nosotros pretendíamos pasar una noche, al ver el hostal, decidimos quedarnos 2 y disfrutar de la infraestructura turística que ofrece Argentina. Aprovechamos para lavar ropa, cocinar lo que nos gusta comer y pasear. Conocimos el centro de la ciudad, la catedral, la casa de gobierno, la Iglesia San Francisco. Salta también tiene calles peatonales, en donde se encuentran sus principales tiendas de ropa que ahora estan en descuentos de toda la ropa de invierno. Queríamos hacer un tour a Cachi, que es un pueblito con vista a unos paisajes hermosisimos, pero tal como nos lo habían advertido nuestros amigos, Argentina es un país caro, pero sobre todo el transporte en bus es absurdo. Entonces, decidimos no hacerlo en esta oportunidad. En Salta pasamos felices, es una ciudad hermosa, y nos mostró un país con gente buena, amable y muy conversadora.





Luego de Salta, nuestro siguiente destino fue Mendoza. A las 10 pm tomamos un bus que nos costó un ojo de la cara, en tasa oficial serían casi 140 dólares, en extraoficial unos 90 dólares. Veinte horas de camino. Lo bueno es que la carretera es buenísima, entonces logramos dormir algunas horas. Horas y horas de trayecto en donde no vive nadie, sólo valles, luego terreno plano y al fondo montañas. Ya llegando como a las 4:30 pm, vimos a lo lejos las montañas nevadas de los parques de esquí, que adornan el paisaje.

Apesar de haber viajado 20 horas, decidimos caminar en busca de un hostal. Recorrimos 4, y todos caros. El último, Zona Sismica, nos cobró 50 pesos por cada cama con desayuno incluido y con televisor en cada cama, que para ver los juegos olimpicos está al pelo. En Mendoza nos quedamos 3 noches. El centro de la ciudad es muy bonito, una arquitectura uniforme, de edificios con fachadas como antiguas, calles peatonles, muchos cafés y restaurantes, plazas y comercios. La Plaza de la Independencia tiene una feria artesanal, unas fuentes y en el centro está el museo de arte contemporáneo. También paseamos por La Alameda, un paseo de artesanos, venta de flores y restaurantes.





El último día visitamos el gran parque San Martín, que es del mismo tamaño de la ciudad, y donde el domingo muchas familias van a hacer picnics, jugar con sus niños y tomar el sol, hay estadio, zoologico y miradores.  Mendoza nos pareció un destino muy agradable, una ciudad tranquila en el día y con mucha actividad en la noche, es amable con sus ciudadanos y ofrece espacios públicos cómodos.






De Mendoza salimos en la mañana, en el terminal tomamos un bus que atraviesa la frontera y lo deja en Viña del Mar. Para sorpresa de nosotros la frontera queda en el medio del Parque Nacional Aconcagua. Se imaginarán el paisaje. Entras al parque y te inunda los ojos de nieve, aunque este año dicen los locales no hay tanta como en años anteriores. Montañas y montañas cubiertas que son el espacio perfecto para que miles de personas vayan a disfrutar. A lo lejos vimos el Aconcagua, rodeado de otros picos re altos, ahí estaba, hermoso, impresionante. Lo miré y pensé en los 6960 metros de altura que tiene y se me erizó la piel.







El paso de la frontera Los Libertadores fue bastante fácil, a pesar de que ibamos muertos del susto porque todo el mundo nos había dicho que la frontera chilena es la más dificil de todas, que a nosotros por ser colombianos nos pedían resto de papeles comprobantes y nos revisan todo. Pero todo fue perfecto, pasamos tranquilos, y Chile nos recibía con paisajes divinos, buen clima y buena mar. Estábamos en Viña del Mar. El plan de Chile es recorrer un poco la zona central, luego ir al norte al Valle del Elqui y luego bajar hasta Puerto Montt, donde quedan los lagos y ahí volver a cruzar a Bariloche, Argentina. Eusebio ya les contará. 

Un abrazo a todos,

2 comentarios:

  1. Ana, estoy a 7 días luz de ustedes, te envío un abrazo muy especial de cumple, más vale tarde.

    ResponderEliminar