Las cataratas de Iguazú son de lejos, lo más lindo que he visto en mi vida. Son poderosas, fuertes, inmensas, infinitas. Cae tanta agua, que su sonido callo el mio, y se me metió en el cuerpo. Vibré con su torrente y me dejé llevar. No me cansé de ver el agua caer. Ahí, cada gota es única. Se siente vacío, pero a la vez plenitud. Me sentí limpia, liviana, pura, me sentí viva.
De Asunción salimos en bus hacia Ciudad del Este. Ciudad paraguaya que es frontera con Foz de Iguazú en Brasil. Nosotros íbamos para Puerto Iguazú en Argentina, pero tuvimos que pasar primero por Foz y luego si entrar a Argentina. Ahí, nos instalamos en un hostal cerca de la terminal de buses, Iguazú Falls, un hostal cómodo y con piscina. Estuvimos 3 días. El primero fuimos a las cataratas del lado brasilero, el segundo las visitamos del lado argentino, y el tercero tomamos el sol y descansamos un poco.
El paseo a las cataratas del lado
brasilero es corto pero es hermosísimo. El transfer del hostal nos dejó en la
puerta del parque a las 11 am. Al frente se encuentra el Parque das Aves, un
lugar muy bonito, donde tienen protegidas a diferentes tipos de aves que han
sido victimas de tráfico o que están en vía de extinción. Aunque no nos gusta
verlas en jaulas, decidimos entrar a verlas.
Nos llevamos una linda sorpresa,
porque están todos los animales protagonistas de la película de dibujos
animados "Rio". Ahí, nos encontramos a Blue (el papagayo azul), a los
monos y demás pajaritos. Fue precioso el paseo, recorriendo las diferentes
jaulas viendo sus colores, plumas, ojos y picos. En 3 oportunidades, hay jaulas
inmensas donde la gente puede entrar a compartir el espacio con las aves, y
entonces ves los tucanes volándote encima, los papagayos, pericos, etc. Hice un
intento de entrar a la primera jaula, pero mi fobia no me dejó, e
inmediatamente entré, empecé a llorar porque sentí que me atacaban todos al
tiempo. Entonces decidí no darme mala vida, y esperar afuera a Euse, que iba re
emocionado a ver a los tucanes como se le paraban al frente para que él les
tomara las fotos, divinos!!
Así, recorrimos el parque, y al
final, Euse se colgó en el cuello una boa, y yo casi me muero del susto. Y yo,
decidí probar con un papagayo en el brazo, a ver qué tan afiladas eran sus
garras, pero me llevé una sorpresa, son suavitas. Almorzamos en el parque, un
sanduche vegetariano delicioso y barato, y ahí empezábamos a chapotear con
nuestro portugués, que no es malo sino malísimo.
Luego
entramos al Parque Natural Cataratas de Iguazú. La entrada nos costó 42 reales,
como 40 mil pesos colombianos. Justo en la entrada tomamos un bus que te lleva
al inicio del sendero peatonal. Nos bajamos del bus, y empezamos a caminar. El
trayecto es un poco más de un kilometro de distancia, y se hace fácil. El lado
brasilero es re lindo porque se ven todas las cataratas en
vista panorámica. En cada mirador se ven los diferentes saltos, hasta llegar a
ver la impresionante Garganta del Diablo.
Abajo se ve como corre el rio Iguazú,
y los botes de los operadores turísticos, que dan el paseo por el río. Cuando
empezamos el camino, yo no podía creer lo que estaba viendo, es hermoso. Imaginé
inmediatamente el edén del libro "El infinito en la palma de la mano"
de Gioconda Belli; ese en el que Adán y Eva pasaban sus primeros días de vida,
llamando por primera vez a los árboles, árboles; a los ríos, ríos. Ese lugar es
un espacio de paz, de naturaleza, de pureza. Es perfecto.
Nos acercábamos rápidamente al
mirador de la garganta, y su sonido era más fuerte. En el mirador, el agua cae
tan fuerte que cuando sube otra vez, el viento se encarga de mojarte. Sentir
esa lluvia tocando mi piel, en ese calor infernal, es una de las sensaciones
más refrescantes que he tenido. Ahí, di gracias al universo por permitirme
estar ahí, y por poder verlas.
Salimos del parque, frescos,
recargados y emocionadísimos por poder visitarlas al otro día desde el lado argentino.
Llegamos al parque a las 8 y 30
am y pagamos 130(25 usd) pesos argentinos cada uno por la entrada. El lado argentino
tiene el 80% de las cataratas y ofrece diferentes paseos para recorrerlas.
Nosotros comenzamos con el paseo inferior. Son 1400 metros de distancia, en
donde uno va pasando por diferentes miradores hasta llegar al puerto en donde
uno puede tomar un bote para cruzar a la Isla San Martin. El camino es re
lindo, miradores de los saltos y del río, no nos cansamos de tomar fotos y de
mojarnos.
Luego de esperar como 1 hora, por
fin nos embarcaron en el bote que cruza el río y lo deja a uno en la isla San Martín.
Subimos las escaleras y fuimos al primer mirador, casi corriendo para que nadie
nos alcanzara y lograr tener un poco de paz y de silencio. Así, recorrimos los
3 miradores de la isla, y bajamos para seguir el camino.
El segundo trayecto que hicimos
es el paseo superior, que tiene 650 metros de recorrido y esta vez en lugar de
ver los saltos desde abajo, los ves ahí, justo cayendo. Aquí uno no se moja,
pero es súper bonito ver como viene el rio de tranquilo, hasta cuando cae el
agua con toda la potencia de su esencia.
Era ya más de medio día, y aún
nos quedaba la Garganta del Diablo por recorrer, antes de las 5 pm que nos
recogía el transfer de nuevo. Decidimos hacer una pausa, y comprar un sanduche
de almuerzo. Nos preparábamos para comer, cuando un grupo de coatíes se nos
vino encima. Son como osos hormigueros pequeños, que de vez en cuando se
aparecen en tu camino, pero que seguro cuando tú estás comiendo ahí están. Si
te descuidas, te rapan el sanduche de la mano, entonces, yo en medio de mi
estrés con lo animales, decidí entrarme a la tienda y comer parada, viendo por
la ventana a Euse, espantarlos con sonidos, patadas, chiflidos, etc.
Después, tomamos el tren que va a
hasta la estación Garganta del Diablo. Serán unos 15 minutos de camino y te
deja al inicio del paseo. El trayecto ida y vuelta son 2200 metros. El camino
es todo sobre el río, en un puente peatonal, donde se ven los peces, las
tortugas pequeñas, las aves con los peces en los picos. Poco a poco te vas
preparando para el encuentro sin casi saberlo. El sonido del agua se empieza a
sentir más fuerte, la energía de la gente se siente más viva. Y llegamos, y nos
miramos y no teníamos que decir nada. Nunca en mi vida había visto tanta gente
tan sorprendida a la vez. Se veían las bocas abiertas, las sonrisas
pronunciadas, los ojos aguados, los corazones contentos, las almas en paz. Es
maravilloso estar ahí justo cuando el agua va a caer. Es alucinante ver qué
tanta cantidad de agua cae, su sonido, su rebote y su color.
Fue la primera vez en mi vida que
vi como nace un arcoíris. El agua cae, y como lo hace tan fuerte, suben muchas
gotas de agua, que con ayuda del viento se elevan hasta más arriba que los 80
metros de caída, y a medida en que el viento la va elevando, el arcoíris se va
formando en el aire. Es el espectáculo más precioso que he visto. Y luego, el
viento sopla, y trae el agua hacia la gente, dejándonos empapados. Ahí, entendí
que no hay nada más esencial que la naturaleza.
Ahí todo es real. Es real el pico del papagayo y sus garras, es real el arcoíris que se forma con el agua que cae, es real el sonido, su textura y su forma.
Estábamos anonadados, no nos
queríamos ir de ese lugar. Es mágico.
Luego de las fotos respectivas,
de las oraciones y agradecimientos a la pacha mama, salimos a tomar de regreso
el tren. Ya no éramos los mismos.
Y así fue nuestra experiencia en
las cataratas de Iguazú. Sólo quiero decirles que ese lugar hay que visitarlo
por lo menos una vez en la vida, que los que quieran ir, nos pueden decir, que
nosotros volvemos seguro. Y si pueden, visiten las cataratas desde los dos
países, en Brasil se ve la película, en argentina uno esta en la película.
El último día en Puerto Iguazú
disfrutamos de la piscina, y nos preparábamos para Río de Janeiro.
Un abrazo,
Estas fotos con uds ya cerquita se sienten y se ven diferentes!!!!!!!!!!!!!!! Qué emoción poderlos abrazar y sentir por fin toda esa energía tan linda que han tenido desde marzo!!! wohooooo
ResponderEliminarMe encanta su blog, leerlo es un placer, una fuente de inspiración para mi. Las fotos y especialmente los textos me ayudan mucho en decidir si viajé a Latinoamerica el proximo año, gracias por este blog!
ResponderEliminarMe interesa como ha seguido su vida despúes?
Saludos de Alemania,
Florian
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